Querido San Pellegrino, te pedimos que a través de las llagas de Cristo,
sanes a nuestros hermanos que, al igual que vos, sufren hoy el martirio del cáncer.
A ti, que escuchas sus quejidos y los miras enllagados, desesperados y agonizantes,
te rogamos intercedas ante El Señor por su sanación
y que, al igual que vos, den testimonio de la grandeza de Dios.
Sana también sus corazones para que sean a imitación del Señor,
ofreciendo su dolor en reparación, y que contemplen, como vos,
al Inmaculado Corazón de María que con su amor consuela, alivia y guía.
Amén.