Esta breve guía tiene el propósito de formar a las comunidades de oración de Nuestra Señora del Cielo en la espiritualidad que La Virgen nos trae como inmerecido obsequio. A Ella agradecemos todo lo que Jesús nos regala por su maternal intercesión.
¿Qué es una Comunidad? ¿Por qué y para qué?
Una comunidad de oración es una casa de Dios en el mundo de hoy. Es la respuesta de Nuestro Padre al pedido que le hacemos a Él, en el Padre Nuestro: Que venga a nosotros Tu Reino. Y así Nuestro Buen Padre responde, poniendo ya Su Reino entre nosotros.
La respuesta nos la dio el mismo Jesús: el Reino de Dios ya está entre vosotros (Lucas 17,20-25)
El Reino de Dios habita así en cada corazón que escucha la Voz del Señor y la sigue. En cada corazón que se hace servidor de Nuestro Señor. Por eso ya acá, en la tierra, disfrutaremos de Sus promesas y Su Presencia. Dios habita entre nosotros y en nosotros. Es por eso que Nuestra Señora nos viene a quiar, nos viene a mostrar y nos viene a hacer vivir ese Reino del que muchas veces nos olvidamos, que lo dejamos sólo en la letra y no le hacemos lugar en nuestros corazones. No dejamos que, a través de la acción majestuosa del Espíritu, Dios haga Su Morada en los corazones y entre los hombres.
Es así como Ella nos propone la «CONSTRUCCIÓN «de Comunidades de oración, y viene como Madre solícita a enseñarnos a hacerlas y a vivir en ellas, colocando la Tienda de Dios en nosotros.
Es por eso que, en estos tiempos de tanta confusión y oscuridad, tenemos que estar verdaderamente unidos, en la oración y en la acción. Si no oramos, no escuchamos esa Voz de lo Alto que nos está llamando, y si oramos sentiremos esa fuerza, ese impulso del Espíritu Santo que viene a cobijarnos y a ayudarnos. Ese impulso de Dios que es comunión, que es acción, que es servicio y que nos une como hermanos al «estilo de los Primeros Cristianos».
Una comunidad de oración es así refugio, un sostén mutuo para crecer juntos y ser luz para otros. Para ser como las comunidades de Éfeso, de Corintio, de Filipos, como las Primeras Comunidades Cristianas. Así cada corazón será una Iglesia, cada casa un Belen y cada Comunidad se transformará en un pequeño pedazo de Reino de Dios sobre la tierra.
«Así como Yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.En esto reconocerán que son mis discípulos en el amor que se tengan los unos a los otros» (Juan 13, 34)»
¿Cómo construimos las comunidades?
Lo hacemos siguiendo a María, a Nuestra Señora del Cielo, y todo lo que Ella nos enseña. Por eso vale tanto esta simple propuesta:
Que la Oración del Rosario Trinitario se transforme en un pilar central de la vida en comunidad, y que también lo sea el trabajar las Devociones y todo material que se va enviando desde la Misión. Así es la vida en El Señor, siguiendo todas las comunidades en comunión un mismo rumbo a través de la fe y las obras, porque la Fe sin obras no existe. Hablamos de oración y trabajo, del que la Misión tiene tantos hermosos ejemplos, como los Talitas, el sostén concreto al hermano que necesita, y las acciones que en los distintos Caminos se inspiran o lleva adelante la Misión.
¿Cómo funciona una comunidad? Organización
El orden proviene de Dios, y esta pequeña lista de consejos tiene el propósito de ordenarnos para facilitar que El Espíritu Santo nos acompañe en la oración y el misionar.
Grupo de WhatsApp:
recomendamos a cada comunidad crear un grupo de WhatsApp con el objetivo de:
- Facilitar la comunión y comunicación entre los miembros de la comunidad
- Trabajar y difundir el material de la Misión
- Organizar el Santo Rosario
- Los Talitas y otras acciones que se indiquen desde la Misión
- Compartir pedidos de oración
- Adoraciones Eucarísticas, etc.
Recordemos que, si no nos comunicamos y no nos conocemos, no podemos ayudarnos y tampoco podemos transmitir al Espíritu Santo que viene a ayudarnos y nos guía de la mano de María.
Pautas para las comunidades:
- No transmitir otro material ajeno a la Misión de Nuestra Señora del Cielo. Cuidar el espacio para no saturar, porque la gente se cansa y perdemos el foco en formarnos como Misioneros de Nuestra Señora del Cielo.
- Call Center: Cada comunidad tiene asignado un misionero del grupo de Call Center, que le dará soporte y seguimiento a la comunidad. Será ayuda, tutela y acompañamiento en todo lo que María nos enseña. Es de fundamental importancia el vínculo de cada comunidad con su misionero asignado, a fin de cumplir todo lo que la Virgen nos pide en la Misión, y que así se extienda la Gracia de Dios a todos nuestros hermanos. El misionero no viene a suplantar a nadie, acompaña a la comunidad.
- Las comunidades deben ser Comunidades abiertas, no cerradas. Salir al encuentro del que no conoce a Dios, invitar, testimoniar, difundir. Recuerden que los cristianos estamos llamados a «pescar con red. no con caña»
- Misionar Presencial: Es importante el trabajo desde las Iglesias en lo posible, sumándose y contagiando el carisma de la Misión a través de todos los Caminos (Dominus Flevit, Fiat, etc.) en cada lugar donde se hagan presentes.
Funciones de los coordinadores de cada comunidad:
- Tener conciencia de la Gracia que es la Misión que Nuestra Señora del Cielo puso y hace hoy sobre la tierra, y la necesidad de nuestras almas de estar cobijados bajo sus enseñanzas y amparo, en estos momentos de tanta confusión, error y tribulación en los que se encuentra sumergida la humanidad.
- Trabajar y difundir el material de la Misión
- Organizar el rezo del Santo Rosario y demás devociones que se aconsejen desde la Misión.
- Estar atento a las necesidades de la comunidad y hacernos conocer sus necesidades.
- Incentivar trabajar el material de la Misión.
- Generar pertenencia, dar lugar a que todos los miembros puedan poner sus dones al servicio de la comunidad.
- Promover los Talitas y todas las acciones que se desarrollen desde la Misión.
- Incentivar peregrinación al Santuario de Nuestra Señora del Cielo los días 15, para estar así más cerca de su Dulce Compañía y vivir esta Gracia.
- Trabajar en comunión con toda la Misión.
- Finalmente, estar al servicio de la comunidad, y custodiar el cumplimiento de las pautas que aquí compartimos. El coordinador no es el dueño de la comunidad, es un servidor de Nuestra Señora del Cielo y de los integrantes de la misma.
Talitas:
Jesús le dijo a la niña que yacía muerta: Talita Kum (niña, levántate). Nuestros pequeños Talitas son regalos de amor para el hermano que está caído. Para el enfermo, el deprimido, el que perdió a un ser querido, quien perdió su trabajo. Un gesto de amor cristiano para levantar al hermano, como Jesús levantó a la niña, resucitándola. La sorpresa del Talita forma comunidad, cuando el hermano más lo necesita y con el Talita va la Voz de Jesús que hoy repite nuevamente: A ti te digo niña, levántate y anda.
Finalmente, adjuntamos material para ayudar en el trabajo de enseñar a conocer La Misión:
Carpeta Institucional de la Misión, con documentación de la Iglesia haciendo referencia a la misma (Difundir. Español -Ingles), Guía del Rosario Trinitario, Material sobre las devociones de la Misión (las estampas de Nuestra Señora se encuentran en español, inglés, francés e italiano), material para hacer Talitas.
Audio de Marta a las comunidades 14/06/2022
Queridos hermanos de las Comunidades de oración:
Hoy tengo la Gracia de poder estar con ustedes, y tengo la Gracia porque una comunidad de Nuestra Señora del Cielo como la que forman ustedes, es la que lleva ese abrazo del Cielo a muchos hermanos. No solamente en la oración, sino en la acción que pone en cada uno de ustedes Dios. Hoy vamos a hablar de esto un poquito.
Hasta hace un tiempo Nuestra Señora había pedido la formación de grupos de oración. Pero hoy Ella va más allá, porque desde hace poco más de un año Ella nos pide que formemos comunidades de oración a imitación de los primeros cristianos, para poder quitar todo barro que hay en este mundo que está tan confundido, tan alejado de Cristo. En este mundo en que tantos hermanos están sedientos de Dios, y no conocen la Verdad que es el mismo Dios, porque no conocen el Camino. De Cristo muchos han huido, por eso ustedes, comunidades de oración, tienen que ser fuego de Dios.
El Señor lo dijo: EN DONDE DOS O MAS ESTEN REUNIDOS EN MI NOMBRE, YO ESTARÉ EN MEDIO DE ELLOS. Así que, en medio de estas comunidades está el mismo Jesús. En medio de estas comunidades se forma el plan de Dios sobre la humanidad hoy. Por eso es tan necesario que sepamos que estas comunidades de oración están llamadas a trabajar por Dios, a ayudar en Nombre de Dios, a tener esa fraternidad de los verdaderos hijos de Dios.
Todos ustedes son mis hermanos, con lo que significa realmente eso: ser hermanos. Somos hermanos a través de la Sangre de Cristo, somos hermanos a través de la dación del Cuerpo de Cristo, y somos hermanos en la Resurrección de Cristo.
¡Señor permítenos vivir esta oblación como comunidad de oración, como Comunidad que vos querés de Nuestra Señora del Cielo, para poder hacer de este mundo un nuevo Cielo, para que baje nuevamente a la tierra el Cielo!
Eso es la belleza de las comunidades que hoy ustedes tienen que formar, y digo que tenemos que formar, porque uno sólo no puede hacer un edificio tan hermoso, ya que cada comunidad en realidad es una Iglesia, parte de La Iglesia. Este fue el origen de la Iglesia en los primeros días y cada uno de nosotros somos iglesia en nosotros mismos. Cada uno de nosotros somos un Cenáculo de Dios en la Tierra. Pero tenemos que vivirlo, tenemos que hacerlo y tenemos que trabajarlo. Por eso les pido también hoy que hagamos foco. Foco en el carisma de la Misión, foco en todo lo que trabajamos en la Misión, en lo que vivimos en la Misión. Que difundamos todo lo que Nuestra Señora nos ha enseñado. Les pido también que testimoniemos las Gracias que hemos recibido, ya sea viniendo al Santuario, ya sea participando de los Cenáculos, ya sea participando en los Talleres de oración, ya sea participando de estas comunidades de oración, porque todo es Gracia de Dios.
Nuestra Señora se abaja a nosotros para que empecemos a vivir el Reino de los Cielos en la tierra. Y esta buena nueva hay que proclamarla, proclamarla desde las terrazas. Enseñarla a nuestros hermanos. Por eso las comunidades, como las de los primeros cristianos, no pueden ser cerradas. Nosotros tenemos que invitar a que vengan a nuestra casa, a que se unan a nuestra oración. Tenemos que ir a buscar a aquellos que no conocen a Dios o que no oyeron hablar de Dios o que se alejaron de Dios, para que así seamos verdaderamente testigos de la Salvación Por eso es tan importante que hagamos foco en el carisma que nos trae Nuestra Señora del Cielo. En comunión de amor, en comunión como hermanos que somos de Dios.
¡Que Dios los bendiga y María los cuide, y que seamos Fuego en la tierra! El Señor no quiere comunidades cerradas, quiere que inundemos la tierra del Fuego de Su amor, así que benditos sean hermanos y trabajemos todos formando una gran Comunidad en Cristo que es el Corazón de Nuestra Señora del Cielo,
¡DIOS LOS BENDIGA Y LOS CUIDE MARIA!